Se dice que cuando aún era de noche, cuando aún no había luz, cuando aún no amanecía, dicen que se juntaron, se llamaron unos a otros los dioses, allá en Teotihuacán.
Dijeron, se dijeron entre sí:
//¡Venid, oh dioses! ¿Quién tomará sobre sí, quién llevará a cuestas, quien alumbrará, quién hará amanecer?//
Y en seguida allí habló aquél, allí presentó su rostro Tecuciztécatl. Dijo:
//¡Oh dioses, en verdad yo seré!//
Otra vez dijeron los dioses:
//¿Quién otro más?//
...
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